Ella nació en una familia rica en la tierra de Frell. Como todos los recién nacidos, recibió un regalo especial del hada Lucinda: el regalo de la obediencia. Pase lo que pase, Ella debía obedecer todas las órdenes que se le dieran, y no debía contarle a nadie sobre su regalo. A medida que Ella crece, se da cuenta de que este no es el regalo que pretendía ser: era una maldición.